Friday, January 11, 2013

Machado

 
La semana pasada estuve un par de días en Úbeda y Baeza, viaje absolutamente recomendable. En Úbeda, a última hora de la tarde, ví en una de las carreteras de salida de la ciudad este mural de Antonio Machado (aunque realmente dónde vivió durante una temporada, tras la muerte de su mujer, fue en Baeza).
 
 
 
 
 
 
Además de por sus méritos estéticos, no pude dejar de fotografiarlo al traerme el recuerdo del primer poema que me obligaron a aprender de memoria en séptimo de EGB: "Yo voy soñando caminos de la tarde", que con el paso de los años va ganando en sentido y espesor, a la luz de mi propia experiencia vital.
 
 
YO VOY SOÑANDO CAMINOS
Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!…
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero…
-la tarde cayendo está-.
“En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
“ya no siento el corazón”.
Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir:
“Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada”.
 
 


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